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(La re)


La reina puede ser tu vecina,

La reina puede atenderte en el almacén.
La reina puede estar en la televisión,
decidiendo a qué le vas a tener miedo hoy.

La reina puede ser un estúpido veinteañero
gerente de una empresa bañada en oro de fantasia,
sonriendo desagradablemente frente a un par de tipos que considera menos inteligentes.
La reina puede ser una asistente de RR HH que mirando un papel
determina si vas a seguir sin trabajo.

La reina es la que te hace pensar si vos,
ella
o el mundo todo
esta al revés.
te das cuenta que todo esta mal
pero nunca logras saber bien por que.

Reinas son la personas que no te escuchan,
pero creen saber lo que te pasa.
Reinas son los cobardes,
que se callan lo verdadero y te confunden con habladurías amables.

La reina es también la que grita,
por que esta encerrada adentro.
suyo.
La reina no entiende, pero sentencia.
La reina pregunta, pero no quiere respuestas.

La reina no entiende nada sobre dudas,
quiere certezas.

La reina no va a terapia
tampoco analiza nada.


La reina puede ser tu mamá,
echandote de tu casa.
La reina puede ser el miedo,
la reina puede ser
la vida misma
que se impone.






-¡Que el jurado considere su veredicto! -ordenó el Rey.
-¡No! ¡No! -protestó la Reina-. Primero la sentencia... El veredicto después.
-¡Valiente idiotez! -exclamó Alicia alzando la voz-. ¡Qué ocurrencia pedir la sentencia primero!
-¡Cállate la boca! -gritó la Reina, poniéndose color púrpura.
-¡No quiero! -dijo Alicia.
-¡Que le corten la cabeza! -chilló la Reina a grito pelado.

Nadie se movió



notas



Mucha gente simpática me hablaría horas,
Mucha gente simpática se interesa por mí,
por lo que haya hecho, lo que le quiera decir.
Cualquier cosa
pero esperan algo de mí en las respuestas.

Y yo,
yo prefiero que me ignores;
Yo prefiero que me trates mal y después no intentes consolarme;
Prefiero intentarlo todo por conseguir algo que sea realmente tuyo, aunque sea una palabra.
Algo que me dé esa ilusoria sensación de tenerte un rato,
la posibilidad de conservarte por siempre
o el tiempo que quiera.

Yo prefiero seguir esperando,
esperándote.

Por que a fin de cuentas lo que más me gusta es soñarte
imaginarte
adorarte.

Sin tener que preguntarte nada,
no quiero tu permiso.
No quiero saber nada de todo eso, no.

Solo quiero creer en que un día vas a dejar de ser una idea vaporosa,
y vas a condensar en serio.
Que vas a ser real,
y mío.

Y espero que eso nunca nos pase,
por que es ese caso voy a dejar de necesitarte.

Por que lo único que me interesa
es soñarte.


..

El silencio aveces hace doler los oídos.
El aire al rededor se espesa y hace un ruido ensordecedor;
Escuchas tanto que los oídos se tapan,
y con los oídos tapados no se puede pensar..
Y sentís una presión cada vez más tensa
como si la cabeza fuera a explotar.
Y escuchás
y escuchás
y la cabeza te pesa y te pesa
y vos te vas y te vas,
escuchás, sin pensar, que no escuchás nada.



notas

y qué pasa cuando se agotan todas las posiblidades?
y qué pasa cuando ya no se te ocurren mejores ideas?
y qué pasa cuando las opciones se reducen a seguir igual para siempre o simplemente darte por vencida?
y qué pasa si realmente sentís que no tiene sentido, y lo creés?
y qué pasa si sentis que estas muerta por dentro?, pudriéndote cada día.
y qué pasa si sabes que no es todo tu culpa, pero aún así dependió siempre de vos por lo tanto sos la única responsable?
y que pasa si me canso de inventarme sueños que se rompen al día siguiente,
y que pasa si ya no tengo ganas de seguir intentando,

y qué pasa si duele tanto, tanto que ya no se siente?





i nútil
i diota
in capaz





El viernes, 05 de junio de 2009 a las 0:24 |

radioActividad




yo NO QUIERO escuchar la MISMA canción
10 VECES sólo por que otros lo decidan por mí.





Nuestros queridos y adorados mass media tienen formas más y menos sutiles para subordinarnos y dominarnos; como en cualquier caso, los que más odio -con seguridad- son los grotescos. La radio netamente (y brutamente) comercial es uno de los blancos de furia.

Por supuesto sabemos que todos los medios -aún los que no sean masivos- son comerciales, tanto como cada una de nuestras acciones lo son, puesto que vivimos un mundo que se fundamenta en el comercio como base de la existencia (imaginate toda tu vida sin ninguna de estas transacciones.. te quedas en bolas, en un descampado, como hace millones de años atrás y hasta sin poder hablar -por que el lenguaje es el primer medio de intercambio con costos y beneficios-).
Pero lo importante es que a pesar de ser esencialmente capitalistas (*véase nota anterior) hay gente que lo intenta. digo, estan los que buscan el estímulo intelectual por mínimo que sea y están los que prefieren reventarte las neuronas hasta dejarte estúpido solo por diversión (y dinero claro).

UNA RADIO que te pasa la misma canción a la mañana y a mediamañana, a la tarde y a mediatarde y a la noche y trasnoche, es un rejunte de gente que te odia.
Las mismas 15 canciones, todo el día, todos los días, por muchas semanas de varios meses.
Sin contar con la CALIDAD del producto musical (por que es digno de suicido colectivo)
lo indignante es que la gente acepte parametrar la influencia musical de su vida entre estas 15 canciones de 7 bandas de 4 discográficas diferentes.
Usted me podrá decir que el poder de elegir es mío, que puedo cambiar de estación de radio o simplemente apagarla, y claro que sí! eso lo tengo muy claro. Yo apago la radio y escucho lo mismo en la tele (en las propagandas en las cortinas de los programas), abro cualquier diario y las notas curiosamente son sobre los mismo artistas de siempre. Voy al almacén y está sonando el mismo tema que suena también en el aula grande de la facultad de sociales cuando en el teórico de antropología hace interferencia la radio con el micrófono, y cuando voy a un bar a tomar algo, y cuando salgo a bailar con amigos. Quiera o no hay gente que ya decidió por mí, esto es democracia (muchas opciones que fueron elegidas antes).

Si uno no toma una dosis de nutri-defensas el resultado es no menos que la nulidad de curiosidad musical, la incapacidad de discriminación y apreciación de composiciones musicales, la apología de ídolos paganos diabólicos, degradación mental y sordera crónica. Y no me quiero olvidar de la creación de personas adictas, radio-dependientes, que necesitan escuchar su canción para vivir, un tema de maná para dormir otro de reggetón para tener ganas de levantarse y un clásico de los piojos para sentirse a gusto con el pais e identificarse patrióticamente. El adicto cree que con el estímulo de su droga alcanza, y cree tener una sensación de satisfacción y plenitud ilusoria.

Y ahí es donde los mass media ganan, y la sociedad pierde.
El problema no es Don Omar ni Axel Fernando, el verdadero atentado es el conformismo.









Amar.te Duele



- No escribís más nada de amor..

- No. ahora el amor me duele.



Cuando tenía más o menos 8 años una vez estaba mirando una nota de Catalina Dugli en el noticiero hablando de los desamores e infortunios de Luis Miguel (parece que hubiera sido ayer, sobre todo por lo mucho que varió el nivel de trabajos de esa periodista ...) y le hice a mi padre un comentario bastante ingenuo y ligeramente inteligente:
- viste que de los cantantes los que hacen las mejores canciones de amor siempre son los más infelices?
Sin contar con que luis miguel no era un buen ejemplo (y sobre todo por que no es el tipo de cantante que sea autor de lo que interpreta) es una efímera idea que se fue reciclando cada año y que logró establecer una ley mayor.

La conclusión es bastante simple, los que jamás alcanzan concretar esos deseos que tanto anhelan son quienes más apasionadamente pueden describir lo que imaginan que fuera, y eso es lo apasionante, lo irreal, la ilusión.
Para el que ya lo tiene el enfoque del relato cambia, se pasa de inventar a contar, y eso ya no es tan emocionante ni conmovedor.

La cosa es que yo ya no quiero apasionarme con nada de eso otra vez, ya no me parece que valga la pena escribir sobre ilusiones de amor.
Ahora ya sé que el amor de verdad duele, el amor puesto sobre la mesa
el amor que uno se calza
el amor de todos los días
el amor cara a cara
el amor de los distintos
duele.
Cuando te rompen tus ilusiones, tus idealizaciones
y te abollan el avión de papel que usabas para volar
ya sabes que no querés volver a pasar por eso otra vez.

Prefiero cuidarme de tomar trenes que no me aseguren devolverme íntegra al final.








- Dejemos que las cosas simplemente nos sucedan.
- Pero siempre le suceden a los demás!


Teniamos tantas ganas de ser felices que acabamos olvidando que no eramos libres.










































Yoshimi Battle # 45785 (parents)




With who are we living?





Ver.Yo.Ver


El efecto del clima sobre nuestro inconciente inmediato es irreparable, pasa de ser la condición forzosa a inventar un juego realmente bueno y desempeñarnos brillantemente en el desarrollo de ideas cada vez más originales por el riego de morir de aburrimiento cuando somos niños, a ser el peligroso día adolescente de doble filo: lado A: día para el amor, disfrutar y regodearse con ello y todo lo que viene junto con la idea en general; lado B: día para deprimirse sin culpa, estar tirado como ameba muerta viendo pasar las santas horas y llorar sin fundamentos apañados simplemente por "el día". O también será ese día en que el adulto acosado por la rutina y las presiones decide tomarse un café y relajarse al rítmo del clima lento y acogedor (o decide querer morir y deprimirse en conjunto a las presiones que ya tenía, ahora sumandole el "no poder parar ni para disfrutar de un cafe con torta viendo la lluvia o para ver una película en la cama").

Como siempre la posta aca la tiene la infancia, y lo que los chicos hacen o hicimos para derrotar el aburrimiento del encierro en los días de lluvia..
Por ejemplo la fija: armar chozas/carpas/casas con sábanas y frazadas en el cuarto o living y jugar sin medida toda la tarde;
A las nenas, cuando nos hartamos de jugar a la oficina o al supermercado, se nos da por cocinar, y en general son tortas. Depende siempre de la presencia de adultos si la torta será exquisita o casera (si mamá no esta PERFECTO guerra de harina azucar y huevo hasta dónde se pueda - o sea: hasta que venga alguien y nos vea-).
También aparecen las cosas 'de mesa' la sal, los juegos: el de la vida, el ludo-matic, monopoly, el juego de la oca♥, pictionary, y los de palabras.
Hablando de mesa otra fija es: que se te ocurra poner art attack o bricolage y te copes haciendo MANUALIDADES toda la tarde. Uno empieza mirando a ver que idea le tira la tele y después va a ver con cuáles elementos cuenta - nunca son los que tienen en el programa - y con ese puñado de cualquier cosa que encontró se dispone a hacer enchastre felizmente y con la responsabilidad del artista, diagramamos recortamos pegamos pintamos amasamos afanosamente para que al final del día nos quede el cerebro fatigado de tanto pensar y una manualidad aforma e inútil que tiene estimado tiempo de vida menor a 1 hr, y lo peor es que después de todo eso hay que limpiar toda la mugre que hicimos - con esto tenemos el día hecho- .
Y si decimos mugre, no olvidamos que los niños varones guardan su energía bardera casi incontenible con un esfuerzo de superhéroes para cuando para de llover -aunque sea por 10 minutos- para salir corriendo desaforados afuera en busca de barro y pelota o barro y arboles de los cuales tirarse cual trampolín y demases cosas que hacen ellos ( y las nenas sienten desde chicas el horrible abandono masculino frente a la libertad del bardo y no pueden creer que hasta hace dos segundos los tenían ahí.. bajo su poder, sentados a tomar el té para ellas solas y ahora por más que les digamos que le vamos a dar toda la torta de chocolate al perro o que les vamos a romper los dibujos de personajes animados que acaban de hacer en dosmil pedacitos.. nos miran con cara de -NI LOCO VUELVO).

Unas tendencias más modernas serían jugar a la play o en la pc hasta que se nos salgan los ojos y los arrastremos sostenidos por los dedos gordos del pié, o bien mirar televisión hasta que nos sintamos estupefactos en una nebulosa de colores.

Lo ULTIMO que un niño debe hacer un día de lluvia es LA TAREA, por que eso no tiene nada de especial.. se hace cualquier día del año (..) - en general las ñiñas son más aplicadas que yo en particular-




-Vos no podrías -dijo-. Vos pensás demasiado antes de hacer nada.

-Parto del principio de que la reflexión debe preceder a la acción, bobalina.

-Partís del principio- dijo la Maga-. Qué complicado. Vos sos como un testigo, sos el que va al museo y mira los cuadros. Quiero decir que los cuadros están ahí y vos en el museo, cerca y lejos al mismo tiempo. Yo soy un cuadro, Rocamadour es un cuadro. Etienne es un cuadro, esta pieza es un cuadro. Vos creés que estás en esta pieza pero no estás.

Vos estás mirando la pieza, no estás en esta pieza.











Si de verdad existe alguna clase de dios,
no debe de estar en nosotros.
Ni en ti ni en mi,
pero quizás en un pequeño hueco entre nosotros.





Stop talking about love.

Every asshole in the world says he loves somebody. It means nothing.


It still doesn't mean anything.


What you feel only matters to you.


It's what you do to the people you say you love, that's what matters.


It's the only thing that counts.


........

(y duele
pero al final

vale la pena.)


Resetar
borrar
re-grabar.










I can't get no satisfaction

ser humano
alienable inalienable
confortista inconformista
emprendedor prendido aprendido
quieres
tienes
puedes
imaginas, sientes, creas,
inventas, intentas.

te decepcionas, lloras, corres
te escapas, te escondes y lloras

te deslumbras, crees, confías
amas, renaces, y lo olvidas.

es el vicio
de ser humano
un vicio.

...................................................................




5/08/08 MaiZal

Phenomenos

Somos parte de ellos, pero no somos ellos.
Somos cientos de cosas que ellos desean, pero no somos como ellos.
Solemos pensar y actuar como ellos, pero no sentimos como ellos.

Tenemos sus anteojos, ellos nos los dieron, pero no vemos lo mismo que ellos vieron.

_______________________________________________________________________

SER es un hecho: te pellizco, lo sentís... estás vivo.

Pero 'ser humano' es un hecho ambiguo: no solo estamos vivos por que nos duele la piel después de un pellizco; estamos vivos por que lo sabemos.
pensar
sentir
pensar

Entonces Ser es un proceso. Un edificio que no tiene planos, más que bocetos, emprendido siempre por arquitectos inexpertos.
Estamos En Vías de Construcción.
No nos pregunten qué estamos haciendo, ni mucho menos como vamos a quedar.



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8/06/08 -maizal

I miss you, but I haven't meet you yet




soñe que lo tenía, y lo abrazaba
y me abrazaba fuerte
y cuando yo lo sentía, lo abrazaba fuerte, fuerte,
y se me pasaba
el desconcierto
el vacío
la duda,
la desmotivación
el Laisser faire laisser passer


pero después me desperté
y no estabas
no había nadie,
ni siquiera sabía quien eras
y sonó el teléfono
me levante y te olvidé.

______________________________________

cantame una canción,
hablame de viajes imposibles,
enojate, reíte
reí por mí también
actuemos, eso nos gusta
veamos una peli,
eso también nos gusta
digamos cosas sin sentido que se conviertan,
después de tiempo, en algo especial
para recordar,
la próxima
cuando me sienta como ahora
y no tenga nada qué abrazar y
me haga sentir menos estúpida,
y haga que le mundo se vea menos estúpido.

todo ahora parece tan inútil

::::::::


6/05/08 -maizal


Pasen a ver como es, el reino del revés


descolocada
feliz
vacía
sola
satisfecha
riendo
llorando
subiendo
aterrizando
estrellada

me aburro
aburrirse es aburrido
te extraño
no te necesito
pero te quiero
y te extraño
y mientras más oportunidades nuevas tengo
y más puertas a otros mundos me abren,
más quiero volver a ser los de antes
nada de lo que hago es igual si no te lo cuento
y te reís
y nos reímos
y todo se siente tan bajo control-

yo sé, vamos a ser dos seres viejos envejeciendo juntos,
cuando tu curiosidad se aplaque,
cuando mi esperanza haya perdido todos los viajes de todos los boletos que me compren,
vos me vas a necesitar para cuidarte,
y yo voy a entenderte como siempre lo hice,
y voy a amarte hasta en esos lejanos últimos días,
pero
la verdad
es que no quiero esperar tanto,
y mucho menos
para ser tu madre
no voy a adoptarte cuando ya no te interese nada
por que lo has visto todo
y te has golpeado
y has llorado
y te han herido
nunca mucho más de lo que tú has herido,
no quiero que me busques para contarmelo
cuando ya no te aguantes a vos mismo,
quiero
que lo descubramos juntos
y cuidarte mientras todavía nos podamos reír al final,
y adorarte cuando todavía seas hermoso y perfecto como para perdonarte,
y cuando tus ojos, puestos fijos en los míos, me lleven a ese lugar
que llaman hogar,
donde somos nosotros mismos,
donde nada más importa por que
estamos a salvo--

quiero que seamos libres para irnos lejos,
pero también quiero encontrarte al volver.

voy a tomar un avión esta noche,
voy a recorrer el mundo,
verlo todo,
oirlo todo,
sentir lo más que pueda,
voy a actuar en París,
voy a actuar en Roma,
voy a descansar en Grecia,
y nos vamos a ver en Estocolmo
y te voy a amar tanto como ahora,
y eso me paraliza-



We are accidents waiting
Waiting to happen --


10/03/08 - maizal


La balsa de la medusa

UBA

Facultad de Cs. Sociales

Carrera Cs. de la Comunicación

Taller de expresión 1

Profesora Carmen Crouzeilles

Comisión Martes 11 AM

Zalazar S, Mariela

Tp nº 3

  • A partir de los datos recogidos en la investigación escribir un relato en tercera persona, desde el punto de vista de un narrador testigo (focalización externa).

La imagen de las primeras balsas partiendo, con aquellos cobardes comandantes acomodados de a cinco sobre cada una, yéndose arrastradas por las furiosas olas que nacían en el mismísimo corazón de un mar embravecido como nunca antes ni los marineros más viejos de la tripulación habían visto; aquella infeliz imagen que dejó ver quienes eran realmente ‘los hombres verdaderos de Francia’, los grandes hombres que honraban al país: aparentemente pulcros, refinados, educados y ricos; aquellos astutos negociadores que fueran capaces de atravesar cualquier mar, hasta el océano en pos de una buena recompensa.

La imagen de esos tiranos que se auto declaraban caballeros, huyendo desesperados, al borde del desquicio a causa del temor enorme que les infería presenciar el poder del mar desatado sobre ellos, y la ira concebida al ver una de sus mejores fragatas hundirse, y en ellas las cargas de mercaderías que llevaban para intercambiar por especias africanas y árabes que los aguardaban en la costa de Dakar; todo ello contenido en los ojos desorbitados y enrojecidos de aquellos hombres, que se marcharon a toda prisa remando con toda la fuerza de un trabajador sobre sus picos y palas, sobre sus rastrillos y cosechas, con toda la fuerza que jamás habrían usado. Se fueron, dándoles la espalda a ellos, dejándolos atrás y a la deriva; más de cien hombres, clamando piedad al mar, luchando contra cada ola que rompía sobre sus cuerpos que pronto dejaron de nadar y solo conciliaban flotar, si es que no estaban luchando por un lugar sobre la balsa. Aquella única balsa averiada con capacidad preestablecida solo para 10 hombres que estaba atestada de cuerpos que se deformaban, se fragmentaban, que eran brazos agitándose violentamente, eran piernas empujando en cualquier dirección, eran dentaduras apretando mordeduras feroces contra la masa abultada sobre aquel pedazo de madera que los mantenía a salvo de la inmensidad profunda, por muy poco tiempo.

Poco a poco la enorme y deforme masa de marineros abultados se iría descargando de violencia, y de volumen. Poco a poco la mayoría de los hombres se perdían en el bramar del agua, incluso cuando ésta parecía calmar su furia y la marea se asentaba.

A poco de unas horas, ya fueron muchos menos de la mitad de aquellos cientos de hombres que habían sido sorprendidos por la impetuosidad del agua y la desgracia misma que hundieron su barco, y la desidia y la injusticia vívida, personificadas en las figuras de los cobardes y desagradecidos aristócratas franceses que se habían llevado lo que muchos de ellos, trabajadores incanzables, habían construido tiempo atrás, y que tal vez se habrían salvado gracias a ellos. En su nombre.

Aquella imagen, la de las balsas marchándose sobre el vaivén de las olas, y el recuerdo de los gritos ahogados de una muchedumbre pendulante entre la vida y la muerte (que solo en esas instancias extremas notaba la diferencia entre lo uno y lo otro), hacían eco en la memoria de los únicos, últimos, quince sobrevivientes del naufragio. Seres mounstrosamente humanos, que habían sobrevivido al tormento del recuerdo, del hambre, de la desolación del abandono y la deriva, que habían padecido el tiempo apesadumbrando sus pupilas durante eternos quince días, quince días que para aquellos quince hombres fueron millones de años de soledad, impotencia, locura, tristeza y desesperación.

Aquellos hombres que tenazmente resistieron ante las tentaciones del abandono y la muerte, los mismos que vieron morir compañeros, familiares, y cientos de desconocidos todos de la misma manera y en una misma jugada del destino; aquellos mismos que vieron hombres en su estado más primitivo y criminal, comiendo cuerpos humanos como caníbales, y otro menos primitivos viendo hombres huyendo sin coraje y desagradables capitanes descorazonados que al verlos, solos y a la deriva en el medio del mismo mar que ellos navegaban, no se acercaron a rescatarlos, fueron tan inescrupulosos de pasar a menos de una milla de la balsa y no reparar en los náufragos, ni en la perdición de los que podrían haber sido ellos mismos días atrás.

Aquellos hombres ahora han sido rescatados.

Ahora los llevan de vuelta en una resplandeciente barca al mando de tiranos que luego serán engrandecidos como héroes, recibidos con enormes banquetes a los que se invitará a todo el pueblo a observar, como los héroes festejan.

Y los sobrevivientes, pronto serán olvidados. Se les preguntará acerca del horror y la desesperación, sobre la muerte y los cadáveres, sobre el aburrimiento y el hambre, y luego finalmente sobre la fe y la esperanza. Y serán olvidados, mientras Francia se enorgullecerá de tener héroes idóneos en la tierra, en el mar, hasta donde su grandeza alcance.

Y los olvidados, no sabrán distinguir, entre la impotencia y desesperación de la deriva y la desesperación de volver a sus hogares con la impotencia de haber visto tanto y poder decir tan poco.

Mientras tanto, yo escribiré sus historias. Yo que no he de olvidar nunca aquellos días y que me atormento al saber que ví lo grotesco de los hombres en sus puntos más extremos y hoy los veo pretendiendo naturalidad. Mi arte se enriquecerá mucho con lo que he visto, pero acaso mi mente no podrá descansar.



I sail to the moon
I spoke too soon
And how much did it cost
I was dropped from
The moonbeam
And sailed on shooting stars

Maybe you'll
Be president
But know right from wrong
Or in the flood
You'll build an Ark

And sail us to the moon
Sail us to the moon
Sail us to the moon
Sail us to the moon.









Mientras caminé por calles vacías solo estaba yo. Entre canteros, los faroles de las luces, algunos cestos de basura…. no había nada en las veredas, ni un solo perro, tampoco coches estacionados, solo yo caminando por delante de las casas viéndolas pasar como si me encontrara sobre una cinta de montaje de esas que se usan en las fábricas o como si estuviese viajando en un auto y viendo un mundo exterior desplazándose veloz pero sintiendo la quietud de estar atravesándolo desde dentro de otro mundo, uno aparte, donde el único presente es el propio y nada del exterior parece ser real.

Ciertamente me encontraba bastante desorientado, completamente ensimismado. El tiempo me parecía pasar volando y sin embargo, me veía a mi mismo avanzando cada vez más lento; el contraste con las casas hacía que todas ellas parecieran estar en una suerte de maratón. El corazón me latía fuerte, los nervios me tenían el vientre como atado por un nudo, y a cada paso apreté con más firmeza la manija del maletín.

Cuando vi a la primera persona dentro de una casa realmente me descoloqué. Me observaba desde el garaje, parecía estar limpiando su coche aunque no estoy muy seguro, pero la sensación fue de sorpresa para ambos. Para mí tanto como para aquel hombre la situación resultó tensa: yo había perdido la poca, casi ínfima, calma que conservaba y aquel sospechó extrañeza en mí, sospechó que algo raro traía a mi paso y tal vez - creí yo- temió que nada bueno fuese el asunto.

Luego noté que se sumaban cada vez más personas a los garajes, como si aquella gente estuviese cumpliendo algún ritual extraño de lavar los autos a esas horas de la que yo consideraba, todavía era madrugada. Sentía las miradas clavadas en mis hombros, sentía el calor de sus pensamientos y conjeturas en mi espalda. Podía intuir lo que aquellos estarían diciendo luego, más tarde, cuando yo haya cumplido mi tarea. Sabía que no se olvidarían de mí, por que mi presencia les resultaba sospechosa; yo no era de allí, jamás me habían visto, pero sí habían oído sobre mí antes, y las referencias sobre hombres como yo nunca son positivas, mucho menos favorables a la tarea. Las personas parecen espantarse de antemano al saber de nuestro trabajo: muchos huyen, otros se exaltan – algunos al punto de enfadarse – están quienes se deshacen de nosotros soltando sus perros con colmillos enormes y pasados de hambre, y la gran mayoría simplemente no responde a nuestro llamado o tal vez, ni aunque no quisieran hacerlo salen solo a vociferarnos palabrotas refunfuñando furiosos cuando llegamos en un momento u horario inoportuno.

Yo seguía aturdido, apretaba con fuerza y nerviosismo el maletín de tal manera que luego de un firme apretón para asegurar, lo que claramente sabía, llevaba agarrado, venía un aflojarse de todos mis dedos y hasta de mi muñeca, que no podía controlar.

Mientras atravesaba las pocas cuadras que faltaban, soportando la mirada de los habitantes del lugar que cada vez fueron más tajantes y violentas y cada vez más me hacían temblar intranquilo, me repetía a mí mismo las palabras que el hombre pronunció la tarde anterior, analizaba cada oración, incluso de atrás hasta adelante de modo inverso – por si no fuera cosa, de que haya algo más que no esté a simple vista ni entre líneas, pero que subtitulen lo más terrible, o una parte, de aquel mensaje-. Pero las palabras parecían claras y concisas. No había mensaje entre líneas, no había doble sentido. Debía hacer lo que tenía que hacer (aunque la verdad, ni siquiera yo podía comprender qué era exactamente aquello, pero aún así sabía que no podía fallar, debía cumplir el objetivo: No puedo volver con las manos vacías. No puedo volver, sin lograrlo).

Ya había llegado, estaba ahí, apoyando mi pié sobre la última cuadra (creo que fue en ese momento cuando empecé a sudar, no lo recuerdo claramente, lo cierto es que cuando llegué a la puerta estaba empapado). Mientras pensaba en la difícil tarea en la que me había encomendado, en que realmente tenía que haber un sentido para esta vocación. Pero no era momento para encontrarlo, debía animarme solo con pensar que existiría una justa razón que dignifique semejante sacrificio.

Entonces, ya había llegado.

Era el momento; efectivamente estaba a la altura cero de la calle José Faroles del barrio Manzanares, “la única calle que no ha sido recorrida antes” había dicho el hombre la tarde anterior detrás de su escritorio, vistiendo traje y corbata viejos (pasados de moda de hecho). – No puedes desperdiciar esta oportunidad, sería un desastre, una enorme pérdida para la compañía. Lugares como estos no se encuentran hace años, y nuestro dato es confidencial pero efímero, debemos apurarnos antes de que alguien más sepa de esto- recordé sus palabras, justo delante de la puerta.

Estaba húmedo por el sudor, temblaba de miedo, temía la reacción de aquella primera persona en la casa nº 5, temía que cerrara la puerta antes de que yo termine de pronunciar saludo alguno. Tomaba el maletín con una mano y con la otra, lo zarandeaba de un lado al otro y en un momento, justo antes de tocar el timbre: creí haber olvidado los papeles... inmediatamente me remití a mi mesa con el desayuno servido esa misma mañana y vi los papeles junto a la taza de café. Casi muero de un infarto, mi corazón se detuvo, pero acto seguido supe que los tenía puesto que recordaba haberlos revisado después de salir de casa, en el colectivo.

Estaba frente a la puerta, sostenía mi maleta con una mano, con la otra me acomodé la camisa, me aplasté el flequillo, respiré profundo, muy hondo, y exhalé oprimiendo el botón del timbre. En seguida, una mujer se asomó por una ventana que daba al recibidor donde yo me encontraba parado temeroso pero con entereza, me miró perpleja y pronto desapareció. Al instante pude oír el sonido de un manojo de llaves, y presto el cerrojo de la puerta abriéndose, y apareció ella, casi sonriendo, mi primera cliente.

– Buenos días señora, lamento interrumpirle, pero tengo una propuesta insuperable que usted no debería perder, ¿acaso pensó alguna vez en adquirir un seguro de vida para usted y su familia?

MaiZal

Una presentación poco convencional

Si se pide una auto-presentación de mi persona, me parece muy atinado considerar una manera no convencional de hacerlo.

No convencional como podría haberlo sido una descripción al detalle de mis datos personales en el sentido burocrático, en un sentido material; las referencias sobre mí que figuran en mi documento de identidad por ejemplo. Un número de identificación nacional, ni aún un nombre y un apellido, dicen absolutamente nada sobre mí y mucho menos sobre mi persona. Cualquiera podría notar que ni aunque yo les dijera que mi nombre es Mariela, este no es más que un título que me representa (y a cuántas mujeres más también lo hará) pero no explicita nada sobre mí, ni aún sobre la historia que hay detrás de la elección de tal nombre para mí que realizaron mis padres, por ejemplo. En definitiva, y para no desviarme del objeto de este escrito ni aburrir al lector con reflexiones aburridas, propongo a modo de presentación personal: tomar un objeto que me represente.

Un objeto que atraviese mi historia y pueda dar cuenta mucho más sobre mí de lo que yo misma pueda imaginar y realmente, a modo de sinceramiento, mucho más creativo que tan solo cantar datos al aire.

Para este caso, el objeto que elijo es “el libro”. Los libros que han formado parte de mi vida, los cuales irremediablemente ahora forman parte de mí.

Me sorprendo al notar en este mismo momento, reflexionando sobre mis hábitos de lectora, cuánto digo de mi misma -sin quererlo- al presentar mis lecturas, ya que para comenzar entro en escena con una confesión: confieso tener una particular manía atroz y vergonzante y es que siempre leo la última página, o bien el último capítulo, de todos los libros que comienzo.

No puedo dejar de reparar en esto, mi conciencia aguda me reclama una auto justificación urgente, ya que una parte de mí no quiere pensar que el lector pueda creer en este mismo instante que soy una lectora tramposa.

No es ninguna trampa a algún posible lector en competencia ni nada por el estilo, es casi una emboscada al libro, y por completo una trampa que cometo conmigo misma.

Yo supongo, exponiendo mis dotes de auto terapia, que esta manía casi neurótica guarda un mecanismo de control. Una vía de control sobre la historia, sobre aquel enorme, abismal y aparente infinito mundo contenido en el libro.

La misma noción responsable acerca de los caminos inimaginables e inesperados, complejos e inagotables, que pueden surgir de entre palabras escritas en las hojas de cualquier libro, me generan una ansiedad incontrolable.

Podrán llamarme cobarde o impaciente, tal vez tramposa, pero lo cierto es que no puedo despegarme del hábito a pesar de los intentos.

No quiero imaginar lo que estarán pensando, pero ya habrán visto cuántas cosas curiosamente saben de mí ahora, sin siquiera conocer mi apellido.

Continuando con el objeto de este ensayo, sin descarrilarme de su vía, paso a profundizar acerca de los libros de mi vida.

He aquí, una nueva confesión: no he logrado consensuar una elección singular de “un solo libro” de entre los que he leído. Me es imposible elegir una, ya que la mayoría de aquellas historias impactaron en algún aspecto de mi persona y han modificado mis maneras de pensar, actuar o sentir cada cual en su caso particular.

No recuerdo cuál fue mi primer libro (atento el lector hábil: aquí encuentra otra nueva curiosidad), pero si recuerdo amenamente un enorme caudal de libros que llegó cual aluvión en una apropiada etapa de la vida de cualquier joven; con un personaje entrañable, que fue mi primer profesor de literatura (único por tres o cuatro años) y la enorme cantidad de ideas, palabras, imágenes, historias, sensaciones y demás frutos de aquel momento, en el que me sumergí en el mundo de la literatura y nadé entre sus mares de personajes increíbles, en tiempos inventados o pasados, en lugares imposibles de reproducir, y entre vaivenes de saberes siempre ficticios, pero siempre venidos a reales para mí, que fui incorporando cada vez que me aventuré a abrir una puerta hacia el mundo de lo inesperado, hacia donde todo era posible, al tiempo que imposible.

Anacrónicamente y entre un bombardeo de imágenes sensoriales, veo, recuerdo, pienso y siento títulos de libros maravillosos que he leído, entre los primeros: lo que no entendía. Aquellos que solo me aportaron elementos para la conformación de mi universo simbólico y lenguaje: palabras, expresiones, metáforas, símbolos, reglas ortográficas, etc. Aquellos textos que fueron en su momento por completo planos, aunque sospechara que había mucho más detrás de las palabras. Sospecha que me llevó a forjar mi capacidad de abstracción y a explorar el mundo de los simbolismos y las ideas sumergidas dentro de otras y así, en una seguidilla continua de relaciones que dependen siempre de la creatividad del propio lector, me fui relacionando con los autores intentando comprenderlos, y me fui conociendo a mi misma intentando comprender más allá de lo que entendía a priori al leer los textos.

De esas épocas me vienen nombres como: Horacio Quiroga y sus “Cuentos de amor, locura y muerte”, Saint- exupery y “El principito”, Doyle y sus señores “Shekyl y Hide”, Julio Verne y el “Viaje de la tierra a la luna”, Ray Bradbury con “El árbol de las brujas” (en aquel momento donde no sabía lo radical que sería tal autor para mi vida) entre bastantes otros que los he leído casi en la infancia, y los cuales no recuerdo todos salvo los releídos.

Luego vinieron grandes movimientos de mis placas tectónico-lectoras, con libros que marcaron rupturas en mi historia: “Crónicas marcianas” y “Fahrenheit 911” del anteriormente mencionado: Ray Bradbury; “El perfume” de Patrick Suskind; “El barón rampante” de Ítalo Calvino; “Alicia en el país de las maravillas”, por L. Carroll; “De qué hablamos cuando hablamos de amor” por Raymond Carver, y algunos más que estoy omitiendo muy a mi pesar, pero los dejo para evitar extenderme por demás. Estos libros, fueron los que quebraron mis ideologías, los que expandieron el don del simbolismo ilimitado y la gracia de leer historias que siempre son dobles, que son relatos de ficción que entretienen y al mismo tiempo son propuestas de reflexión, son enseñanza, saberes… .

Luego sí llegaron por supuesto los clásicos, desde Sheakeaspeare hasta José Hernández, pasando por Calderón de la Barca, Alan Poe, Oscar Wilde, Voltaire, Cervantes, entre otros. Hasta el momento donde conocí grandes autores también clásicos pero más contemporáneos, que ampliaron mis capacidades lectoras a la vez que marcaron un camino, toda una tendencia en la que me veo sumergida como escritora y como ser humano reflexivo y pensante: Julio Cortázar, Ernesto Sábato, Jorge Luís Borges o García Márquez. Todos aquellos libros que ya de grande (casi tan grande como ahora, todo lo grande que puedo ser por el momento) he elegido, desde Alejandro Dolina hasta Goethe, y que no dejan de moldear mis pensamientos y mi sentir de acuerdo a cada nueva aventura, cada nueva historia, cada nuevo personaje, cada nueva línea contenedora de mil ideas esperando ser desatadas.

Esta es la historia de mi vida y estos fueron algunos de los libros y autores que me acompañaron: la base de mi lenguaje, la base de mi visión del mundo, la base de mi imaginación, la base de mi propia personalidad, los libros me han atravesado en todos los ámbitos de la vida; y cada vez que me embarqué en un nuevo viaje, he llegado a lugares más o menos lejanos pero siempre, diferentes. He coleccionado miles de postales con aquellas lecturas, y seguiré coleccionando cuantas más pueda mientras esté a mi alcance, por que sobre todas las cosas, pude encontrar siempre un refugio contra cualquier mal que me acometa en el espacio y tiempo del mundo contemporáneo, cada vez que lo he necesitado, una puertita se ha abierto conduciéndome hacia algún lugar remoto dónde todo era posible, y donde siempre uno forma parte pero no tanto, uno es parte pero no se ve afectado, no sale dañado pero sí modificado.